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sábado, 7 de marzo de 2009

El Apostol


Hermano,..... recuerda que eres un caminan­te que avanza sin Camino; porque eres tú mismo quien hace el Camino.


Camina derecho, en línea recta; en cada paso que des, despójate de lo que te hace peso.


Todo lo que veas a tu paso, obsérvalo muy bien para que lo conozcas, lo comprendas.


Recuerda que en este Camino no debe haber regreso, por lo tanto, no dejes nada olvidado.


Procura pagarle a cada quien lo que le debes, para que no te busquen, en tu Camino, para cobrarte.

Lleva sólo lo que necesitas, lo que te sobre regálalo a los necesitados.


No le digas a nadie que tu Camino es sin regreso, porque, quizás, los que te aman mucho, no quieran que los dejes, tratarán de cerrarte el paso.

Dale a todo el mundo, a tu paso, una sonri­sa para que ellos digan que este viajero va feliz, no importa que tu corazón vaya sangrando.



Bebe cada día de la fuente de la Sabiduría para que en tu Camino no te de sed.


En las noches estrelladas, trata de descan­sar en paz, al alba de cada día continúa tu viaje.


Nunca digas: «Hoy descanso», porque aún no has llegado a tu lugar.


En tu Camino, no observes el pecado de nadie, mira la virtud de todos.


Si alguien se atraviesa en tu Camino, dale la razón y sigue.


A todo el que te encuentres, en sentido contra­rio, no trates de convencerle de que regrese, para no perder tu tiempo inútilmente.


Dale de beber de la fuente de Sabiduría y déjalo que siga su camino.


Observa tus sueños cuidadosamente, a cada instante, para que comprendas tus errores.


A nadie le digas que conoces la Verdad, enséñale a que la conozcan.


Cuando compartas con tus seres queridos y con tus allegados, no digas que tú eres sabio, habla de la Sabiduría de los Sabios.


Cuando vayas por un camino, hazlo solo y si alguien va contigo, observa mucho lo que ha­blas, observa mucho donde pisas.


Cuando tengas un dolor, trata de ocultarlo para que todos los que te vean no sepan que tú sufres.

Cuando todos hablan, escucha, nunca censures, aprende.


Cuando enseñes, siempre cita a los Sabios Dioses para que tu enseñanza siempre esté actua­lizada con la que has tenido en otras épocas.


Cuando ores, hazlo en silencio.


Cuando mires a alguien, demuéstrale tu afecto.


Cuando corriges a alguien, demuéstrale tu amor y así será tu vida una cátedra para aprender y un ejemplo para todo el que tú enseñes.



V. M. LAKHSMI

3 comentarios:

  1. No viene mal recordar lo esencial...gracias hermano!

    Un abrazo zen.

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  2. queee bonitoo del maestro laskmi te dejo un premio en mi blog pasate a recogerlooo besotess

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  3. siii ya la tengo y ya estoy llendo a las ruedas a las misas... y tu que tal? yo estoy muy contenta la verdad es algo muy espiritual para mi y es lo que yo siento... me completa..

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